EL HUFFINGTON POST | Por Maddie Crum Publicado: 12/05/2015
Has admirado su bigote, te has maravillado ante sus relojes, ¿sabías que estaba tremendamente obsesionado con las coliflores? En honor al nacimiento de Salvador Dalí —un evento que afirmaba recordar en detalle—, ocurrido un 11 de mayo de 1904 (hace 111 años), hemos examinado algunos de los datos menos conocidos de su curiosa y envidiable vida.
1. Colaboró con Walt Disney, y el resultado es precioso.
Un artista caprichoso que logra que sus sueños se conviertan en realidad. Eso es algo que podría aplicarse a un puñado de visionarios, y dos de los más icónicos de todos los tiempos se unieron para hacer un trabajo fantástico. En 1945 Dalí y Walt Disney empezaron a colaborar en un corto animado que lograba capturar ambas estéticas en un mundo extravagante de ensueño.
El proyecto final, que fue lanzado hace solo 12 años, trata de un personaje que representa al tiempo (¿suena familiar?) que persigue el amor de una mujer mortal. Unos años después, Dalí esbozó una versión de Cenicienta y él y Disney siguieron manteniendo su amistad, escribiéndose cartas con frecuencia.
2. Hizo un libro erótico de cocina, lleno de los mejores afrodisíacos
Lejos de ser un nutricionista, Dalí escribió un curioso libro de cocina que merece la pena paladear. Publicado en 1973, muestra un impresionante collage en su cubierta y es una especie de patio de recreo de juegos, lleno de divertido arte y de extrañas preparaciones culinarias. El libro está dedicado al juego y a los placeres gastronómicos, y salpicado por todo él están sus representaciones más simbólicas, todo con un toque medio en broma, medio en serio.
Se queja de las espinacas: «No tienen forma, como la Libertad», y por tanto no tiene ningún interés en comerlas. ¿Ganas de langosta, o de angulas con bacon? En el libro hay recetas para ambos, pero un ejemplar no es precisamente barato (solo están disponibles algunas primeras ediciones, y no bajan de los 350 euros) y necesitarás ciertas habilidades para cocinar. A menos que, por supuesto, sepas cómo cocer un huevo de hace 100 años.
3. Una vez apareció en un concurso de televisión y los participantes no tenían ni idea de quién era.
Es difícil imaginar a los pintores de hoy en día participando en un concurso, a menos que dicha participación sea parte de una performance, claro. Pero Dalí se atrevió a aparecer como invitado en uno estadounidense de los años sesenta llamado What’s My Line?, en el que los concursantes tenían que adivinar a qué se dedicaban los invitados.
Pese a sus mil caras y dedicaciones, decidió ser llamado «artista», y llegó al plató con su célebre bigote y su expresión de genialidad. Aunque el presentador soltó alguna indirecta a los participantes — “nuestro ilustre empleado está desempleado”—, se equivocaron una y otra vez sin lograr dar con su ocupación. Un concursante preguntó si se le podía describir como «un gran protagonista», pero más tarde concluyó que era un «farsante», un «impostor»…. algo que también encajaría con la descripción.
4. Una vez llenó un coche entero con coliflores.
En la que probablemente sea la entrevista más divertida jamás grabada, el reportero del programa 60 Minutes Mike Wallace le hizo una pregunta fundamental a Dalí: «Usted es un destacado pintor, y ha dedicado su vida al arte. En vista de eso, ¿por qué se comporta del modo en que lo hace? Por ejemplo, es conocido por haber conducido en un coche cargado hasta los topes de coliflores».
Los dos comenzaron una charla sobre «la curva logarítmica» de la coliflor («Ah, claro», dijo Wallace de broma, haciendo como que entendía algo). Dalí comparaba la forma de este vegetal con el cuerno de un rinoceronte, al que también había alabado con profusión. Así, al parecer, se rodeó de estas formas, que para él resultaban algo «filosófico» y «espiritual». Solo así se entiende que llenara el Rolls Royce de un amigo con 500 kilos de coliflores y condujera con él hasta la Sorbona.
5. Le gustaba trabajar en la bañera y en otros espacios pequeños.
En un perfil del pintor, el periódico Los Ángeles Times escribió que «le gustaba trabajar en sitios pequeños, estrechos», como una bañera que instaló temporalmente en su espacio de trabajo en el hotel The Ambassador en Los Ángeles. El diario tenía una foto de archivo suya sentado en una bañera vacía, con la mirada pensativa. Dalí explicó que su deseo de sentirse querido, mimado, mientras trabajaba estaba relacionado con el sentimiento de «protección» que le proporcionaba esa bañera. También hay otra imagen de 1939 del pintor en la que se le ve dibujando en una bañera vacía. Su fjación con estos espacios le llevó a diseñar una bañera forrada con piel de cordero negro para una exposición en un escaparate. Esta vez le puso agua.
6. Nunca se acordaba de cuántos años tenía.
Resulta curioso que alguien que se quería tanto a sí mismo como Salvador Dalí retuviera tan poca información sobre los detalles más nimios de su propia vida, como su propia edad. Cuando, en esa entrevista con Mike Wallace, le preguntaron por ella, dijo: «Nunca lo recuerdo exactamente, 54 o 53 o algo así». Entonces lanza una reflexión de que encuentra la vejez algo lujoso, bromeando con que «los jóvenes son completamente idiotas, ya sabes». Sin embargo, también recuerda que quería ser cocinero desde que tenía seis años, y que quiso ser Napoleón con siete, y asegura de broma que «desde entonces mi ambición ha ido creciendo constantemente».
¡Un brindis por nuestro surrealista favorito, cuyo trabajo jamás envejece!